domingo, 11 de julio de 2021

Yoga: sugerencias




Inmovilidad, duracion y relajacion-concentracion en asana, son requisitos basicos en los que cimentar el crecimiento de nuestro ser, ampliarlo e integrarlo a nuestro yo. Fortalecer el yo es paso previo para poder extinguirlo y abandonarlo, para asi poder pasar al nivel de trascendencia superior mistica. Un yo debil que ni siquiera puede asumir sus propias emociones,es totalmente incapaz de morir y trascenderse a si mismo, a este yo le mata la vida. El Yoga es "el arte de parar" para ver y sentir, como requisitos previos para poder conocer y amar, y mas adelante abandonar y trascender" Yogaterapia (M.Fraile)




El cuerpo es sagrado aún en sus más humildes funciones.

Los asanas (posturas) no son ejercicios de fuerza. Obran por sí mismos, no por la violencia ni el esfuerzo.

La práctica regular y cotidiana es "la prenda del éxito".

La lentitud de los movimientos es esencial a la eficacia del yoga. En yoga la lentitud es el secreto de los progresos rápidos. Imprégnese de la idea de que la eficacia de un asana no depende sólo de la técnica, sino también de la concentración mental que lo acompaña.

Se recomiendan 4 ó 5 horas de ayuno después de una comida pesada a 2 horas después de una comida ligera antes de la práctica del yoga.

Mantener la postura durante el tiempo prescrito favorece los beneficios del asana.

No contractar sino los músculos indispensables para sostener el asana y relajar todos los demás.

Dirigir la atención hacia las regiones del cuerpo a que apunta el asana.

La vuelta a la posición de partida debe hacerse, también muy lentamente.

Entre dos posturas, descansar algunos segundos relajando el mayor número posible de músculos, incluyendo los del rostro.

Si dispone de poco tiempo, reduzca el número de asanas, pero no los acelere jamás.

Efectúe siempre los asanas en el mismo orden.

Termine siempre su sesión de yoga con Savasana (postura de relajación) (mínimo un minuto)


André van Lysebeth




Es evidente que existen muchas maneras de practicar asanas o posturas de yoga. 

Algunas son suaves, otras tienden al fortalecimiento y a la resistencia orgánica y otras son realmente vigorosas y energéticas. Existen métodos que enfatizan la adaptación y modificación de la postura con el fin de ajustarla a las necesidades personales del practicante. 

Lo que hace al yoga y su práctica altamente atractivo y apreciado son los numerosos beneficios que produce. Existen asanas beneficiosos para el sistema endocrino, los órganos digestivos y de eliminación, así como para el mejoramiento de las funciones sexuales. Por otra parte, las diferentes asanas hacen especial hincapié en el buen funcionamiento y sostén de una columna vertebral sana y el flujo de energía que se manifiesta a través de la misma. 

Debido a múltiples alteraciones posturales, la columna se ve afectada y las posturas de yoga cumplen la función de aliviar dolores y colaboran en mantener la movilidad articular y vertebral de todo el cuerpo. 

Cuando aprendemos a mantener la columna recta y permanecer erguidos manteniendo así una actitud corporal de elevación, también nuestras ideas y pensamientos tienden a manifestarse de forma positiva, clara y equilibrada, ya que existe una íntima relación entre los estados mentales y las actitudes físicas. 

Muchos de nuestros dolores, rigidez y alteraciones a veces están originados por cierto déficit de energía que debe fluir a través del cuerpo y la mente. Cuando la energía fluye normal y rítmicamente, la respiración regula el movimiento de la energía por medio de conductos o caminos en los mecanismos del organismo.


los pensamientos "pesan"


muchos dolores de cabeza en ocasiones son causados por la rigidez del cuello y nuestras pesadas cargas mentales que llevamos sobre los hombros, producen mucha tensión y hacen que la espalda se curve, los hombros caigan e incluso que el pecho se hunda obstaculizando y bloqueando la función respiratoria. 

Está a nuestra disposición una amplia gama de posturas para "cincelar" y esculpir el cuerpo, darle movilidad y flexibilidad, fortaleciéndolo, restructurándolo y eliminando estados de ansiedad, estrés, fatiga y depresión. 

Con la práctica del yoga mejoramos la digestión, se activa la circulación, mejoran las funciones metabólicas, nos permite controlar el peso, el pensamiento se hace más claro y nos hace sentir más renovados y gozosos de la vida, instalándose una poderosa sensación de bienestar y equilibrio.


El yoga lleva siendo experiencial más de cinco mil años. Los yoguis descubrieron que la inmovilidad y quietud del cuerpo conduce a la de la mente, o sea, que el cuerpo es un magnífico aliado, si se aprende a aquietarse, para poder a su vez aquietar la mente. Por esta razón, el yogui aprendió a inmovilizar su cuerpo durante la práctica de la meditación, pudiendo así refrenar sus incontrolados pensamientos y obtener un revelador estado de abstracción mental; pero, asimismo, se percató de que en el hatha-yoga el asana o postura corporal, si se detiene, favorece la captación mucho más minuciosa del cuerpo y facilita la introspección. Además de evitarse el estrés inmovilizando la postura, se consigue un estiramiento mucho más eficiente y sostenido, que da por resultado flexibilidad y vigor, pero, además, se intensifica el masaje sobre órganos y glándulas, se estabiliza la acción cardiaca, se seda el sistema nervioso, se aporta sangre a las diferentes zonas del cuerpo y se seda el sistema nervioso. Las posturas mantenidas tiene un gran poder para desestresar, desbloquear e inducir a la relación profunda. Asimismo, la postura mantenida permite que la mente conecte mucho mejor con el cuerpo, el estiramiento sea más preciso y el esfuerzo mucho más sopesado. Todo asana se compone de tres fases: hacer, mantener y deshacer. Los movimientos de hacer y deshacer son lentos y conscientes. Puede irse aumentando paulatinamente el tiempo de mantenimiento de la posición y así también se va aprendiendo, en la postura misma, a relajar y poder volver a estirar, siempre con cuidado, pues no se trata solo de adaptarse a la postura, sino de adaptar a uno mismo la postura, sin extraviarse en un perfeccionismo narcisista ni de culto al cuerpo, ni el anhelo de ser el más elástico, porque la mejor elasticidad es la mental y liberar no sólo el cuerpo de rigidez, sino la mente, sin obsesiones basadas en un antiyóguico culto al cuerpo. Una vez se ha hecho la postura, sea más o menos completa y de acuerdo a la propia capacidad, ésta desprende todos sus beneficios. Cuando la atención está bien encaminada a la práctica, se está trabajando conscientemente sobre el cuerpo, la mente y las energías. La acción sobre el cuerpo se va convirtiendo en acción sobre la mente y el cuerpo se convierte en una preciosa herramienta para calmar y concentrar la mente. En este sentido, yoga se torna la armónica unión del cuerpo y la mente, la mente y el cuerpo.