Principio donde me encuentro, el reino del prana.
Percibo en Padmasana los espacios, convertida en testigo de mi propia respiración,
puerta secreta a lo atemporal,
polarizada de aire y tonos
la escucho... libre, fluída, rítmica
Equilibro las corrientes Ha y Tha,
integrándome al espacio del medio.
Doy primacía a la exhalación
y libero el aire viciado, la tensión, el dolor.
Escucho al segundo corazón en su movimiento
me detengo, establezco la pausa (kumbhaka)
descanso en ese espacio de retención y silencio.
Conciencia respiratoria.
Escucho un nuevo lenguaje que va escribiendo(se) fuera de límites
Me enraizo en rojos y naranjas,
acaricio los tonos amarillos
me expando con el verde y los latidos son fortísimos
llegan al mar...
atraen
Alicia 13-06-08
Paschimottanasana: cuerpo poesia
Letras que surgen de la profundidad de una postura, ella misma cobra vida y se expresa,
sensaciones de una posibilidad dentro del océano inagotable de la experiencia...
Fusionen palabras cuerpo, poesía...
Primer tiempo, como horizonte lineal, enraizada desde la espalda al origen.
En busca del sol como brotes suben los brazos junto a la fluidez de la respiración.
Concentrada atención en el plexo, mientras el tronco se incorpora a la secuencia.
La tierra me impulsa y crea el vacío para que retorne a ella, me atrae, me absorbe.
Soy hierba y arena.
Rojos, naranjas y amarillos.
Raíces y emociones.
En cada ascenso me muevo hacia adentro, hacia un nuevo desafío.
Vida, energía, puro placer en movimiento.
Me extiendo hacia la superficie, hacia la primera inmovilidad.
Pausa y espacio.
Procesando un lenguaje nuevo en el cuerpo, tomo más conciencia en un segundo tiempo.
Siembro en cada vértebra el recorrido del aliento sutil, subiendo hacia el oeste al roce de las piernas,
un tercer tiempo, en una intensa elongación.
Disfruto la sensación vivida en el asana: libero las fuerzas creativas y escucho el tono, el oleaje,
las resistencias encontradas hasta soltar tensiones.
Leo lo que me provoca.
Al unísono despierta y se expande el fuego como flecha y resplandor.
Desciendo en una lenta y progresiva exhalación y vuelvo a ser tierra.
Entrega, vacío...silencio...
El Yoga sin amor es una calle vacía.
Es una noche cuajada de expectativas pero no de estrellas.
El Yoga es amor, amor sin nada más, sin aditivos.
Amor crudo, amor desnudo, al descubierto, con el cielo por techo.
El Yoga convierte tu cintura pélvica, en ráfagas de espigas.
Tu cuerpo en una red de jazmines.
Reduce las turbulencias de tu mente al vacío de una pompa de jabón.
Mueren las mariposas y los frutos de los árboles mueren.
Pero tú, de pie, continuarás observando la construcción del tiempo.
Observarás inmutable el abismo que ofrece una ventana abierta.
Observarás como ya no echas de menos todo aquello que tuviste y que dejaste en el camino.
Cuatro paredes desnudas se convertirán en absolutas.
La nada significa nada y tu nombre significa todo
como lo es el cielo para el vuelo migratorio de los pájaros.
Senge Dorje
Receptiva danza lúdica en balanceo hacia cada pierna, toma de conciencia.
Flexiono las rodillas quitando presión a las lumbares,
suelto el peso hacia la tierra y me desprendo de las emociones
Siento la gravedad y como el suelo devuelve mi propio peso
Recupero sensibilidad en las plantas de los pies, la superficie de la piel,
su polaridad, deslizo y relajo las raíces, libero las garras.
Arraigo en ese centro eje, sobre una pierna,
alineando postura y espacios de aire.
Vuelvo a la respiración, siento su ritmo hasta hacerla más silenciosa
Relajada, en equilibrio, recorro desde mis surcos hacia la cumbre,
suavizo la expresión y junto las manos frente al chakra del corazón,
las elevo al cielo, cierro los ojos,
me abro a un desconocido universo de sonidos.
Voy más profundo. Soy árbol. Escucho.
11-06-08
Equilibrio arbol, cuerpo suspendido
"Ese Arte de contrastes como el estallido del trueno y la calma que queda tras la tormenta o el silencioso vuelo de un ave. El dinamismo cuando somos ese trueno, y otras, ese planear en calma: estiramos los brazos, abrimos los ojos, el corazón, el tórax, las emociones, un estallido valiente y rebelde contra nuestras prisiones mentales, contra las creencias que nos limitan,
para enseguida escuchar silenciosamente, quietos, como una estatua, el efecto de nuestra decisión"
El Gran YOGA es vivir sin separarse nunca de lo divino que está en UNO.
Es la fina percepción de ese espacio de la puntuación.
Estamos acostumbrados a prestar atención a las palabras,
pero la puerta de lo divino se encuentra en la puntuación.
Entre dos respiraciones hay una coma. Entre dos sentimientos hay una coma.
Entre dos ideas, entre un gesto y otro.
La magia del gran YOGA es que toda experiencia de vida va seguida de una coma
y el yogui puede siempre actuar y beber en lo infinito, si es conciente de esa puntuación.
Cuando empezamos a meditar sentimos una caótica actividad mental
Poco a poco el aire penetra en nuestra meditación.
De repente hay una ruptura, un silencio, un vacío, una coma y la verdadera vida empieza.
Esta pausa nos permite estar presentes, recobrar el aliento.
Esos instantes de vacío son como zonas de descanso. Eso es el YOGA
Vivir es darse cuenta de la inmaterialidad de las divisiones y lanzarse al gran abismo.
No existe riesgo en lanzarse al abismo pero eso se descubre después de haber saltado
y la dificultad está en saltar.
Saltar ese es el Gran YOGA
Daniel Odier