miércoles, 28 de mayo de 2014

Asanas: de la respiración al centro




"Los asanas son ante todo y sobre todo inmovilidad. Sin embargo, confundir "inmovilidad" con "pasividad" es un error que hoy en día se comete fácilmente. Es en la rigurosa inmovilidad donde el cuerpo acepta la asana y deja que despliegue todo su potencial. Porque tras esta fachada de inmovilidad se esconde un dinamismo muy intenso que no se manifiesta exteriormente. Este dinamismo es la respiración.

Las posturas son actitudes corporales activadas por la respiración, pero no sólo por el movimiento respiratorio que facilita el intercambio gaseoso de nuestro organismo; también, y mucho más importante, por el movimiento de energías vitales (prana) que se efectúa gracias a la respiración.

Una sesión de asanas es, por tanto, una serie ininterrumpida de respiraciones controladas con las posturas de fondo, y no a la inversa. Las asanas son como perlas, que para formar un collar deben estar perforadas y unidas con un hilo. Este hilo es la respiración que atraviesa y une las asanas para formar una serie.




En la inmovilidad del asana, el cuerpo se transforma en estatua, debiendo detener el más mínimo movimiento y relajar los músculos al máximo para permitir que la asana actúe por sí misma. Sin embargo, hay un movimiento que no se puede detener: es el movimiento respiratorio. Cada asana condiciona la manera de respirar. El practicante debe escuchar el cuerpo. Una vez eliminadas al máximo las contracciones musculares, sentirá hacia qué parte dirige el cuerpo la respiración:  hacia el abdomen, el diafragma, las costillas, las clavículas y tomará conciencia de las zonas de mayor y menor resistencia.

Seguidamente, tratará de evitar dichas resistencias aceptando e intensificando los movimientos respiratorios. Normalmente se tiende a igualar el tiempo de espiración con el de inspiración, pero hay algunas asanas, como las posturas de meditación, la pinza o la inversión sobre la cabeza, que "demandan" una espiración más prolongada, al menos del doble de la inspiración. Es en estas posturas donde el practicante puede realmente interiorizarse y saborear todo su universo interno"


José Antonio Offroy




"Lo corporal es una mirada, es una reflexión sobre la conducta, es el afinarse en el propio cuerpo, en la capacidad perceptiva, es no dejar fuera de la teoría, la sensación y la emoción de las ideas, es estar presente en la observación y darnos cuenta de la diferencia entre observar e interpretar. Difícil propuesta para la que es necesario adiestrarse..." S. Kesselman




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