domingo, 31 de julio de 2016

"El Yoga tiene un principio, pero no un final" Geeta Iyengar

"El Yoga tiene un principio, pero no un final" Geeta Iyengar 





El Yoga no es un ejercicio, es una exploración. Las asanas no son posturas estáticas, sino un diálogo dinámico con tu cuerpo, diálogo que cambia todos los días.
El Yoga no tiene que ver con lograr un resultado como flexibilidad o salud (aunque ellos lleguen como subproducto de la práctica)
El Yoga es un camino de vida para profundizar en la "inteligencia" de tu cuerpo.

En cada asana buscamos algún grado de "no esfuerzo dentro del esfuerzo".
Esto se consigue con el correcto alineamiento permitiendo que tu cuerpo se soporte cada vez más en su estructura esquelética en lugar de solo esfuerzo muscular, y también a través de un tipo de memoria somática que se adquiere a través de la repetición. 

Es siempre bueno preguntarse cada vez que te encuentres en un asana, cuanto esfuerzo muscular puedes suprimir manteniendo la postura intacta. Elimina el esfuerzo muscular innecesario.
No permanezcas estático en el asana, siente donde te encuentras y haz algo. Constantemente siente donde están tus límites e intenta empujarlos gentilmente.
En cada postura, busca un mejor estado, un estado de menor esfuerzo.

Cada cuerpo es distinto. Algunos individuos siempre van a ser menos flexibles que otros. Una menor flexibilidad no impide ser practicante avanzado de yoga. La flexibilidad más importante es la flexibilidad mental y emocional.  
En el plano físico, lo importante es si puedes ejecutar las acciones y alineamientos necesarios para respirar profundamente en cada asana y si puedes ejecutarla con un esfuerzo cada vez menor. 

Todos nosotros vivimos en una caja llamada "cuerpo". La rigidez de nuestros isquiotibiales es solo una de las fronteras o límites de nuestra caja. La práctica del yoga nos permite ampliar las fronteras de nuestra caja, de modo que podamos vivir con un poco más de libertad, con más sensación de comodidad, como viviendo en una caja cada día más grande. Las asanas están diseñadas para tener un efecto físico y mental que no depende de tu capacidad de flexión en Paschimottanasana o de si puedes tocar tus dedos de pie en Uttanasana.

El aspecto importante del yoga es recibir los beneficios de las asanas en pequeñas dosis diarias durante años. 






El solo contorsionismo no es yoga, tampoco lo es si practicas yoga sin extender la inteligencia a cada parte de tu cuerpo, o si se lo realiza desprovisto de espiritualidad. Lo que hace que sea yoga, no es lo que se hace, sino cómo se hace.

Mediante la repetición y la madurez de la práctica, nuestras células profundizan en el aprendizaje y nuestra conciencia se expande por todo el cuerpo, muchas de las alineaciones se producen más o menos espontáneamente o habitualmente sin pensamiento consciente.

No vayas a lo más profundo de la postura de golpe. Muévete lentamente y gradualmente hasta tu posición más profunda. A medida que comienzas a realizar un asana, siente el primer estadio de tensión o el "limite" al que hayas llegado. Realiza una pausa en ese lugar y relájate en ese límite. Clarifica tu postura y espera a que las sensaciones de estiramiento, dolor o tensión se eliminen un poco. A continuación vuelve a profundizar un poco más en la postura hasta que encuentres un nuevo "límite". Pausa de nuevo, respira. Repite este proceso una y otra vez hasta llegar al límite final para ese día en particular, cuando las sensaciones de tensión ya no puedan ser liberadas con más pausas.

Después de haber realizado todos los ajustes y acciones que conoces en un asana, es entonces cuando comienza la práctica de ese asana. Necesitas permanecer en la postura el tiempo necesario para suavizar y ablandar cada uno de tus bordes. Resiste la tentación de salir de la postura cuando has hecho todos los ajustes que sabes hacer. Mantén la posición y espera a que la señal interna te indique que es el momento de salir de la asana. No existe la postura final. Siempre aparecen nuevos límites.

Expande tu columna vertebral en todas las posturas. No comprimas la parte frontal de tu cuerpo, especialmente en las flexiones. Esto inhibe la respiración profunda. Al igual que alargas la parte frontal del tronco, también debes alargar la parte posterior de tu cuello. No permitas acortar la parte de atrás de tu cuello en cualquier asana, incluso en la extensión más profunda.

En cualquier asana, presiona contra el suelo con cualquier parte del cuerpo que este sobre el suelo, fusiónate con el suelo. Esto incluye, por ejemplo, las espinillas en Ustrasana y las manos y pies en Adho Mukha Svanasana.

Tu  respiración debe ser natural en la mayoría de las asanas (algunas como Karnapidasana inevitablemente puede limitar un poco la respiración) Siempre hay una tendencia a suspender la respiración cuando realizamos un cambio de postura. Recuerda respirar en todas las asanas. La inspiración es el momento para alargar la columna vertebral y la espiración es el momento para profundizar la asana. 

Manten tu sistema digestivo tan vacío como sea posible antes de cada sesión. Es imposible recomendar el número de horas entre tu última comida y tu práctica porque este tiempo va a depender del tamaño de la comida y de la rapidez de tu propio sistema digestivo.

Mantener un profundo sentido de humildad te ayudara en tu proceso de aprendizaje de yoga.
Es importante recordar que ningún camino o escuela tiene el monopolio de la verdad.
Hay excelentes y malos practicantes en todas las escuelas de yoga. Madurez en tu práctica significa respetar los caminos de otras personas y reconocer sus méritos incluso reconociendo que su camino este carente de algunos aspectos.

Geeta Iyengar



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