Los 7 Chakras del Cuerpo son los principales centros energéticos que están localizados a lo largo de la espina dorsal y su función es la de almacenar y transmitir la energía universal.
Los Chakras son parecidos a los vórtices (remolinos giratorios) y tienen una influencia directa en nuestra actividad en el plano físico y cada uno de ellos esta relacionado con las glándulas endocrinas dentro del cuerpo físico.
Los tres chakras de la materia: Muladhara, Svadhistana, Manipura
Primer chakra (Muladhara): Asociado con el color rojo y con el elemento tierra, este centro energético es chakra de nuestro sustento y nuestra supervivencia. Está ubicado en la base de la columna vertebral y se puede decir que es nuestra raíz, aquello que nos da arraigo física y emocionalmente. Es la energía que nos provee la sensación de tener las necesidades básicas satisfechas, del cuidado del cuerpo y la estabilidad material y seguridad emocional primordiales. En el cuerpo, es el chakra que se relaciona con el intestino, las piernas, los pies y la base de la columna.
Segundo chakra (Svadhisthana): El segundo chakra vibra en color naranja y es el chakra que nos permite abrirnos al fluir de la vida. Su elemento es el agua. En el cuerpo, está relacionado con las caderas y los genitales, los órganos reproductivos, los riñones y la vejiga. Un equilibrio de Svadisthana chakra se representa en sensibilidad y la receptividad. Constituye una apertura hacia las experiencias de la vida, hacia el asombro permanente, hacia la magia de aquello que se tiene alrededor, la aceptación del cambio y el disfrute de las experiencias sensoriales. Por esto, se concibe como el chakra de la sensualidad y de las emociones vividas de una manera sana y gratificante.
Tercer chakra (Manipura): Está asociado con el color amarillo y está ubicado en el plexo solar. Sus funciones se relacionan con el sistema digestivo y simbólicamente, con el fuego interior de cada uno. Su elemento es el fuego. El tercer chakra tiene que ver con el poder personal. Se refleja en asumir la propia vida, en la capacidad de acción y autoafirmación ante el mundo. Es el centro energético relacionado con la confianza en uno mismo. Esta pulsión nos ayuda en la toma de decisiones y el enfrentarse a los riesgos, a establecer límites y necesidades ante nosotros mismos y los demás, y nos da voluntad de logro. Tiene que ver con los principios sobre los que decidimos vivir.
El chakra del corazón: unión de ser y espíritu
Cuarto chakra (Anahata): El chakra del corazón actúa como un punto de conexión y equilibrio entre el mundo físico, al cual pertenecen los tres primeros chakras y la dimensión espiritual, al cual están ligados los tres siguientes, siendo el chakra del centro, el cuarto. Su elemento es el aire y está relacionado con las vías respiratorias. Está localizado en el corazón y abarca la parte superior del pecho. De color verde o rosado, nos empodera y revitaliza con la fuerza del amor: la compasión, la unión con todo lo que se manifiesta en el mundo como energía divina, la armonía, el amor de pareja y de familia, la amistad, el amor hacia nosotros y la conexión con la existencia.
Los chakras metafísicos: Vishuddha, Ajna, Sahasrara
Quinto chakra (Vishuddha): El primer chakra de nuestro ser trascendente está relacionado con la purificación, que nos ayuda a encontrar nuestro camino hacia la conciencia, y con la voz de nuestro espíritu. El quinto chakra tiene una vibración azul turquesa y su elemento es el éter. Está ubicado en la garganta, y en el cuerpo se relaciona con el cuello, la garganta, la mandíbula y los dientes. Es el centro energético de la creatividad y la comunicación, por lo que es la energía que se activa con la escritura, el canto, el expresarse con claridad y saber escuchar. También se asocia con el sonido y con el poder sanador de las vibraciones, de donde se origina la energía de todo lo que se manifiesta.
Sexto chakra (Ajna): Es de color índigo y su elemento es la luz. Está localizado en aquel punto que en la tradición india se define como el “tercer ojo”, en la frente, justo entre nuestros dos ojos, aquel que se define como el contacto con otros niveles de conciencia. Físicamente su energía se conecta con la vista, la cabeza, y sus cualidades afectan la memoria y la capacidad de concentración. La fuerza del ajna chakra es la intuición, nuestra capacidad de conectarnos con el espíritu y la sabiduría universal. Propios de esta rueda energética son la imaginación, la creación artística, los sueños y el poder de las visualizaciones.
Séptimo chakra (Sahasrara): Este es el chakra de la conciencia pura. Por lo general se asocia con el color violeta, aunque su energía es también de color blanco: la más alta vibración y aquella que abarca todos los colores existentes. Está ubicado en la corona, y representa la espiritualidad. Su elemento es el pensamiento, por lo que contiene el poder de la mente: las energías vibracionales que permean las otras fuerzas vitales y crean las experiencias. En el cuerpo, su vibración se manifiesta en los huesos y la piel. Este es el chakra que nos conecta con el infinito, con el sentido de la vida y la devoción y que por esta razón se representa como una flor de loto de cien pétalos. El séptimo chakra nos sintoniza con la divinidad y la gracia de nuestro ser verdadero.
¿Qué es un chakra? Chakra significa "rueda" en sánscrito.
Los vedas utilizaron este término para denominar los centros energéticos del cuerpo humano. Existen como energías dinámicas, puntos energéticos que están recibiendo energía continuamente y canalizándola hacia nuestro cuerpo. Para entender su funcionamiento debemos diferenciar entre el cuerpo físico que todos conocemos y el cuerpo etérico, un cuerpo energético de una vibración muy fina que envuelve totalmente el cuerpo físico.
La localización de los chakras en el cuerpo etérico corresponde a la localización de las glándulas endocrinas en el cuerpo físico. Ambos cuerpos se interconectan a través de la corriente de energía. El cuerpo etérico absorbe niveles muy finos de energía del ambiente y traspasa esa energía a través de los chakras al cuerpo físico, por medio de las glándulas endocrinas.
El sistema endocrino controla el equilibrio hormonal del cuerpo y tiene un efecto directo sobre las emociones. Así podemos decir que si el sistema de chakras está en desequilibrio también lo estará el sistema endocrino (y viceversa) En caso de enfermedad o desequilibrio emocional estos centros energéticos pueden quedar bloqueados.
Con el reiki podemos trabajar para devolverles el equilibrio y para armonizar el cuerpo etérico o energético.
La energía reiki se absorbe por el cuerpo etérico y el físico simultáneamente, creando un equilibrio en los chakras y en el sistema endocrino, mejorando progresivamente toda la parte emocional. Cada uno de los chakras tiene una función específica que corresponde a diferentes tipos de emociones. Todos los chakras son de igual importancia, de tal manera que si uno está en desequilibrio todos los demás, en mayor o menor manera, también lo estarán. En ocasiones un chakra puede verse debilitado en energía, dado que presta como equilibrante energías a otro.
Estos centros se extienden en forma de remolinos por el campo energético que rodea el cuerpo físico y está compuesto por capas sucesivas de energía que vibran a frecuencias cada vez más elevadas. Cada uno de los chakras tiene una parte frontal y una parte posterior, excepto el primero y el séptimo.
Todos ellos están unidos por un canal energético que corre a lo largo de toda la espina dorsal, de allí la importancia del trabajo en yoga con la flexibilización y beneficios de los asanas en el funcionamiento y reactivación de los chakras.
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