El poder de la secuencia fija
Nota: En este escrito voy a hablar particularmente del modo de enseñanza del Ashtanga
otros sistemas de Yoga utilizan otros métodos, que son igualmente válidos.
¿Por qué repetir siempre lo mismo? Siento que me aburro, que es demasiado estructurado, no quiero hacer siempre las mismas asanas.
Luego de algunos años de práctica creo que se pueden hacer algunas apreciaciones sobre el poder que tiene practicar una secuencia fija (o por lo menos voy a hablar del poder que tuvo en mí)
Profundización
Empecemos por el aspecto físico. Aprender por medio de la repetición permite llegar a profundizar. Aquí se puede usar el refrán "el que mucho abarca poco aprieta" Es mejor hacer un número reducido de posturas, pero llegar a ahondar en ellas, que hacer todos los días algo distinto y no llegar a ahondar en nada.
Retomamos hoy el trabajo que empezamos ayer, cada vez podemos cavar y limpiar más profundo. No es lo mismo hacer supta kurmasana hoy, y hacerla de nuevo dentro de 6 meses, que hacerla todos los días. Me parece que lo más importante de este punto es la perseverancia y la paciencia.
supta kurmasana
A veces hay posturas que ponen a prueba nuestra determinación, empezar a bucear por el cuerpo puede sacar a la luz ciertos aspectos turbios y oscuros de uno mismo (tales como el miedo, ego, etc) está en uno el querer hacerse cargo y sumergirse más o mirar hacia otro lado y permanecer tan solo en la superficie.
Aquello que fluctúa
El hecho de que la secuencia esté quieta nos permite observar lo que SI FLUCTUA: cuerpo, mente, estados de ánimo, emociones, pensamientos, entre otros. Es fácil de comprobar, por ejemplo, hoy cuando estés en la postura X observa como sentís tu cuerpo, qué pensamientos surgen, si se libera alguna cadena de pensamientos que termina como una emoción, si estas concentrado o tu mente se fue de viaje...hace los mismo mañana y verás la diferencia. Nunca es igual. Como el factor sorpresa no lo vamos a encontrar en las posturas, nuestra atención se puede trasladar a lo que sí se mueve. Es curioso, mientras estamos aparentemente inmóviles, respirando, adentro nuestro hay un torbellino de vrittis (fluctuaciones mentales) en constante movimiento.
Yoguini Julieta Garro
Humildad
La práctica es la maestra. Reverenciar la practica como es, sin querer alterarla o modificarla alberga este sentimiento, el estar debajo de algo más grande que uno, nos hace desarrollar un profundo sentimiento de humildad y gratitud. Cuando comenzamos la práctica con un mantra en honor a los maestros, nos estamos postrando. Esto es muy importante, confiar en los maestros, en el camino propuesto y avanzar con determinación, confianza y devoción. Hoy día siento que todos estamos debajo de la práctica, incluso los más reconocidos profesores y maestros, todos ellos pasaron por ella para aprender lo que más adelante pudieron enseñar y transmitir.
Equilibrio
Este punto es interesante y se relaciona con el anterior: no deberíamos manipular la secuencia, ni saltear posturas, ni vinyasas (movimiento sincronizado con la respiración), ni respiraciones. Es decir, no alterar a gusto, o según tengas ganas, esto es lo que lleva al equilibrio. La práctica nos lleva tanto por nuestras zonas fuertes como nuestras zonas débiles. Si siempre trabajamos solo con lo que nos gusta y divierte, dentro de nuestra zona de comodidad, sigue prevaleciendo el desequilibrio, y nos movemos entonces dentro de un rango limitado, inclinando la balanza siempre hacia el mismo lado.
Ahora, la enseñanza del Yoga
Atha Yoganushasanam - Patanjali sutra 1 Cap 1
Ahora, la enseñanza del Yoga
Este Sutra, aunque puede parecer una introducción, puede bien sintetizar todo el Yoga. En este verso YOGA está ligado a la palabra AHORA. Se puede interpretar como que el Yoga sucede, solo cuando uno está en el ahora, cuando la mente deja de viajar en el tiempo para volver al presente.
¿Me aburre la serie fija? El aburrimiento implica que la mente está viajando, que no está en el ahora. Cada instante, cada respiración es un momento único. Cada práctica es nueva, única e inigualable
Muchas veces, quienes intentamos compartir la práctica del Ashtanga Vinyasa Yoga (o cualquier otra forma del Hatha Yoga), nos vemos ante la necesidad de tener que poner en palabras lo que no tiene nombre. Tratamos de sugerir que la práctica física del yoga, nunca es sólo física, y lejos está de identificarse con la forma externa. Pero aunque hacemos hincapié en la paciencia, en el respeto, en el intentar afianzar la presencia sin pensar en lo que viene, en mantenernos atentos y darle paso a la renovación constante del origen, del inicio en cada respiración; en tener Fe y entregarse a la práctica sin miedo, confiando en ella y en la sabiduría de los maestros que la transmitieron (cuestiones que se comprenden sólo con la experiencia) ; tarde o temprano siempre llegan las variadas preguntas del practicante: “¿Cuándo llegaré a tal postura?” “¿Puedo modificar la secuencia?” “ ¿Por qué necesito un maestro si ya aprendí cómo armar las posturas?” etc...
Hay que recordar que el Yoga no es una gimnasia, que no se trata de la forma, sino de la ENERGÍA. Y lo que el maestro humildemente lee o busca leer en el alumno, es eso, su Energía. Cómo la usa, cómo circula, si el circuito se renueva, si se obstruye… si esta pudiendo alimentarse de la práctica o si por el contrario se consume con ella. Por eso, no importa si la postura se arma o no, importa lo que pasa dentro, en el viaje sutil del prana. Y eso es algo que se vivencia, se percibe y se comprende, sólo con el paso del tiempo.
Cuando la experiencia comienza a decantar y a dejar sus huellas, que son como pequeñas revelaciones. Pequeños gramos de lucidez que vuelven carne lo tantas veces pensado o imaginado, pero nunca antes comprendido. El tiempo es el gran revelador de tesoros en el momento adecuado, que no siempre llega tan pronto como deseamos.
Hay que tener PACIENCIA, porque hay que repetir repetir repetir con una actitud siempre renovada y despierta. No importa cuántas veces, siempre es distinto, siempre es la primera vez para quien está atento.
Hay que tener HUMILDAD, porque una vez que se elije a un maestro o profesor, hay que poder confiar en él, entregarse. Cómo así también (y sobre todo) hay que entregarse plenamente y cada segundo de la vida, a la práctica.
Hay que tener Fe, porque cuando la práctica nos tope con nuestras zonas oscuras, o con períodos dolorosos o de aparente estancamiento, no debemos perder la confianza en ella.
Hay que cerrar los ojos y practicar con el Corazón, porque todo lo que la práctica tiene para mostrarnos, y lo más enriquecedor de ella, no entra dentro de lo visible. No nace de la comparación, es todo adentro. Todo informe, abstracto. Indecible. Es todo misterio. Es de lo más maravilloso que nos pueda ser dado. Si tenemos la fortaleza para afrontarlo, tendremos el enorme privilegio de situarnos de cara al don más rico de la existencia, el que nos permita mirarnos desde la gozosa plenitud de la desnudez del alma.
Gabriela Gaddi
La pava, el mate, las puertas y Ashtanga Yoga...
"¿Que tienen en común la práctica de posturas en Ashtanga y el mate?
Más de lo que parece.
A veces se ve a los practicantes que aplican una energía tibia, que apenas llega a la postura, que casi está desarmándose mientras se la mantiene...
En otros casos, los fervorosos ponen tanta energía en la postura que
usan muchos más músculos de los que tienen que utilizar, sus rostros
están tensos, y la respiración es rápida y jadeante...
Los que toman mate saben que hay una temperatura óptima...un mate frío para muchos es un insulto...
El mate hervido es igualmente intomable y nos quemará la lengua, una sensación desagradable que puede durar horas...
El buen mate debería tener una temperatura especial, específica, justa...
La buena práctica también debería tener una energía especial, justa,
equilibrada...Mucha energía "quema la postura" y poca energía dan un
asana vacío, que tampoco tiene sabor ni aporta los beneficios que podría
dar...
Por otro lado, cada postura funciona como una puerta para la siguiente...
Así, cuando no practicamos de la manera correcta, abrimos una puerta en
forma forzada y pasamos a la siguiente postura...Luego abrimos la
puerta y pasamos rozando la puerta y el marco y vamos a la siguiente, y
en la otra ya solo la pasamos raspandonos fuertemente y lastimándonos
con los bordes...Luego estoy tan lastimado que no puedo practicar por un
tiempo...
En cambio si abrimos bien cada puerta (cada postura),
el paso a la siguiente sera relajado y seguro... No digo esto sólo como
un observador frío, sino que digo esto después de haberme lastimado con
varias puertas mal abiertas..." German Garro
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